martes, 29 de julio de 2008
LA ERUPCIÓN DE LOS VOLCANES
Al alba me despiertan temblores. Desde el umbral de mi casa contemplo la tormenta que oscurece al sol naciente. Rayos como dragones iluminan un mundo negro, mostrando el infierno abierto sobre nosotros: los volcanes de los Andes vomitan fuego sobre Santiago. Huyo del abismo de ceniza abierto a mis espaldas, trepando sobre los cadáveres de niños calcinados y recorro las calles de una ciudad extrañamente ya destruida y renovada: la selva valdiviana lo invade todo.
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