Un ancestro extinto me revela el secreto de mi linaje: un militar nazi que asesinó a la mitad judía de la familia. Sueño que la terrible visión de los crímenes me despierta. Ahora estoy en una sala cuadrada junto a una mesa circular y, sentados en torno, todos los parientes asesinados, de pronto redivivos, con instrumentos músicos en sus manos, ejecutan una triste melodía. Yo salto sobre la mesa: con una daga de plata bailo una danza de la muerte al ritmo de la música que acelera.
miércoles, 27 de agosto de 2008
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